Por: Gilma Mestre
Profesora asociada de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Licenciada en Idiomas de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Ciencias de la Educación y doctora en Ciencias de la Educación. gmestre@utb.edu.co.
A lo largo de la historia, las universidades han desempeñado un papel fundamental en la gestión del conocimiento y el desarrollo de habilidades profesionales, preparando a los estudiantes para integrarse como miembros productivos de la sociedad.
Sin embargo, esta labor a veces corre el riesgo de desconectarse del entorno circundante. Mientras que las empresas se centran en la producción de bienes y servicios para satisfacer las necesidades sociales, las universidades se dedican a impartir conocimientos, habilidades y destrezas en áreas disciplinarias específicas, además de proporcionar una educación integral.
Ambas partes contribuyen al desarrollo regional. Las universidades reconocen que la formación va más allá del aula, y por eso revisan constantemente sus programas educativos para mantenerlos pertinentes a la evolución del conocimiento, las demandas del mercado laboral y las necesidades de la sociedad. Aspiran a formar profesionales capaces de aplicar su conocimiento en el ámbito empresarial.
Por su parte, las empresas brindan un escenario natural para que los estudiantes y egresados apliquen lo aprendido en las aulas. Además, informan a las universidades sobre sus necesidades laborales para mejorar la integración y pertinencia del proceso educativo, reflejando así las demandas del mercado laboral.
En el ámbito económico, aunque la investigación y desarrollo (I+D) aún está en una etapa incipiente en Cartagena, existe un espacio para establecer nuevas alianzas con las universidades. Estas alianzas podrían fomentar la innovación y evitar que las empresas ignoren las necesidades de transformación de la región.
Dada la rápida evolución del conocimiento y la globalización, es crucial buscar un vínculo más efectivo entre la universidad y el sector productivo. Por ejemplo, establecer alianzas de I+D entre las empresas y las universidades podría ser una actividad estratégica para incorporar el conocimiento y el progreso científico generado por las instituciones de educación superior.
Es fundamental que las empresas reconozcan su papel como agentes de transformación en la sociedad, no solo en lo económico, sino también en lo cultural, político y social. Desde esta perspectiva, consolidar alianzas con las universidades, tanto para recibir como para compartir conocimientos, sería un paso importante hacia una colaboración que transforme las relaciones entre ambas entidades.