Un estudio hecho desde Cartagena descubrió que las partículas que nos llegan del espacio no caen del mismo modo en todos los rincones del planeta. El escudo invisible que protege la Tierra, su campo magnético, las filtra. Y ahora, la ciencia puede leer esas huellas. Entenderlas podría ayudarnos a cuidar mejor la tecnología que usamos todos los días.
Palabras claves: Rayos Cósmicos; Campo Magnético Terrestre; Clima Espacial (Ver definiciones al final de la Nota).

Por: Equipo periodístico ATTUÁ | Julio 04, 2025
Arriba, muy arriba, el universo no deja de enviarnos señales. Cada segundo, sobre tu cabeza, caen partículas diminutas que viajan desde el espacio. No se sienten. No hacen ruido. Pero llegan. Algunas vienen del Sol, otras de galaxias lejanas o de estrellas que explotaron hace millones de años. Se llaman rayos cósmicos.
Aunque suene a ciencia ficción, estas partículas viajeras tienen efectos reales. Pueden interferir con los satélites, afectar vuelos, desviar señales de GPS, alterar redes eléctricas. No todas llegan igual. Algunas son bloqueadas por un escudo silencioso y vital: el campo magnético de la Tierra.
Ese campo invisible, que envuelve al planeta como una burbuja, no es igual en todas partes. Y eso fue justamente lo que investigó un equipo liderado por el físico David Sierra-Porta, desde la Universidad Tecnológica de Bolívar, en Cartagena. Analizaron más de diez años de registros provenientes de 22 estaciones alrededor del mundo, desde la Antártida hasta México, que miden cuántos rayos cósmicos llegan mes a mes.
El hallazgo fue claro: la Tierra no recibe el universo por igual.
Las zonas más cercanas al ecuador, donde el campo magnético es más fuerte, reciben menos rayos cósmicos. En cambio, en los polos, donde esa protección es más débil, las partículas entran con más facilidad. Y eso se nota en los datos. En las regiones menos protegidas, los registros son más inestables, variados y complejos.
Pero el equipo no se quedó en contar partículas. Convirtieron esos datos en redes, como si cada momento se conectara con otros. Al analizar esas redes, descubrieron que el desorden también tenía un patrón. Donde el escudo es fuerte, los datos son simples. Donde es débil, se vuelven más caóticos.
Dos herramientas matemáticas con nombres extraños, pero funciones claras les ayudaron a verlo con precisión: la curvatura de Forman y el flujo de Ricci. Ambas sirvieron para medir qué tan enredada o estable era la estructura de los datos. Y ambas coincidieron en lo mismo: la fuerza del campo magnético deja una huella clara en cómo nos llegan los rayos cósmicos.
¿Y esto en qué nos afecta?
En mucho. Porque estos rayos están relacionados con lo que se conoce como clima espacial, un conjunto de fenómenos que puede interferir con sistemas esenciales para la vida moderna: telecomunicaciones, navegación aérea, redes eléctricas y más. Entender cómo viajan estas partículas y por qué varían según el lugar del planeta nos ayuda a anticipar riesgos y proteger mejor nuestras tecnologías.
Este estudio no tiene respuestas cerradas, pero sí deja una certeza poderosa: incluso lo que no vemos deja rastro. El planeta nos habla. Y ahora tenemos nuevas formas de escucharlo.
Consulta la investigación completa aquí:https://repositorio.utb.edu.co/entities/publication/4cbf7de3-cd30-4d38-947f-d667a57fe1ea

Rayos Cósmicos: Son partículas subatómicas de altísima energía que viajan por el espacio casi a la velocidad de la luz. Se originan en el Sol, en explosiones de estrellas (supernovas) o en fenómenos extremos fuera del sistema solar. Al llegar a la atmósfera de la Tierra, pueden afectar sistemas tecnológicos como satélites o comunicaciones.
Campo Magnético Terrestre: Es una fuerza generada por el núcleo externo de la Tierra, que crea una región protectora alrededor del planeta llamada magnetosfera. Esta actúa como un escudo natural que desvía muchas de las partículas cargadas que llegan desde el espacio, incluyendo rayos cósmicos y viento solar.
Clima Espacial: Es el conjunto de fenómenos físicos que ocurren en el espacio cercano a la Tierra, causados principalmente por la actividad del Sol (como llamaradas o eyecciones de masa coronal) y por partículas de alta energía. Estos eventos pueden alterar el funcionamiento de satélites, redes eléctricas, sistemas de navegación y telecomunicaciones.
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Conoce nuestra entrevista con David Sierra Porta
David Sierra Porta
Doctor en Física Fundamental, Física teórica y matemática
Director de Programa Ciencia de Datos de la UTB
dporta@utb.edu.co